Es un libro pequeño, dulce, amable, tierno, fácil de leer y sobre todo, uno de esos libros de los que guardo un recuerdo inolvidable. Lo compré en una de esas ferias de libros antiguos y usados, estaba casi escondido, pero yo lo vi.
"Mi bello Suleyken" son las historias de un pueblo del Este, son tiernas, simples, sencillas, pero te llegan al alma. Con este libro disfrute leyéndolo, y lo guardo como un pequeño tesoro, nunca he conocido a nadie que también lo hubiera leído, y me encantaría.
Así que hago un llamamiento si alguien me lee, si alguien lo ha leído, es difícil lo que pido me acabo de dar cuenta que se tienen que dar dos circunstancias, cual de todas más difícil. Bueno voy a lo que voy, que me lío,
Digamelo! por favor!
Una comida sencilla, rápida y calentita para un día frío como hoy, un guiso de toda la vida, sin muchas florituras pero sabroso y reconfortante.
Guiso de merluza con patatas.
Patatas.
Tomate natural.
Merluza fresca o congelada.
Guisantes.
Ajo.
Perejil.
Sal y aceite.
Primero se cortan las patatas en rodajas gordas, el tomate a pedazos irregulares. Se echan todos los ingredientes, menos las patatas a la olla, con un buen chorreón de aceite, se lleva a ebullición. Cuando el aceite se halla introducido, se baja el fuego y treinta o cuarenta minutos antes de comer se echan las patatas. Venga todos a la mesa que se enfría!
Eureka. Yo he leído "¡Qué bello era Suleyken¡" (So zärtlich war Suleyken), de Siegfried Lenz, y también lo guardo como uno de mis pequeños tesoros.
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